Estas fueron las premisas de Esther y Nacho, así querían sus invitaciones y así querían que lo vivieran sus invitados. Mi cabeza parecía una batidora. Quedamos, y solamente en hora y media ya casi teníamos la boda montada en nuestras cabecitas. Esther es super creativa, me faltaban manos para tomar notas, transmitía ilusión por todos y cada uno de los poros de su piel! Resulta que es adicta a los talleres y cursos de manualidades a los que acude mucha veces con su hermana. Ésta, al conocer el notición de "mi hermana se casa" les hizo una preciosa ilustración/caricatura en blanco y negro que caló muy hondo a la pareja (y no me extraña!). Hicimos un pequeño brainstorming de los componentes "costuriles" que nos rodean habitualmente y, finalmente, hubo un ganador: el botón.
Ese iba a ser el elemento principal de un evento que sería de lo más original, íntimo, romántico y único. De momento os hacemos un pequeño avance y os mostramos las invitaciones, más adelante habrá más sorpresas increíbles...pero ya sabéis... lo bueno se hace esperar!

Como somos así de puñeteros, queríamos añadir el factor sorpresa. Tuvimos claro que la portada sería una escueta pincelada de lo que vendría a continuación, bien protegida por un maravilloso packaging de nuestros amigos y salvadores de Selfpackaging. Para cerrar este packaging tan original usamos botones troquelados en cartón con pequeños dibujos en relieve, atándolos con una lana llamativa y muy suave. Todos los botones son diferentes! Seguro que Esther y Nacho les encuentran dueño rapidísimamente.
Por supuesto no podíamos dejar de incorporar el precioso dibujo de la hermana/cuñada.
Solamente tuvimos que añadirle la Estatua de la Libertad y el Chichen Itza de Riviera Maya por que los muy suertudos se van a pegar una luna de miel de infarto por esos lares!

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