Hace muchos años mandábamos postales, desde los rincones más remotos. Los señores carteros llegaban, como fuera. En moto, bici, burro o avioneta. Pero nadie se quedaba sin sus postales en las que, brevemente, recibían noticias de sus seres más queridos.
La postal es un recurso que siempre nos ha parecido de lo más romántico y, viendo la fotografía de esta simpática y viajera parejita, vimos que casaría a las mil maravillas.
J&B desprenden un amor atemporal, cómplice. Muy en blanco y negro....
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