Madre mía del amor hermoso... qué olvidado tengo el blog!
No quiero dar excusas baratas, ya me gustaría haber estado tumbada a la bartola tomando el sol sin hacer nada! Pero es que esto de la maternidad es algo que no se puede explicar, queridos.
Baby Siena me acompaña a todas (TODAS) partes desde el 14 de agosto y, como diría la fabulosa Lucía B, "no me da la vida". Los que estás viniendo por aquí estos últimos meses (novios prometidos) lo habéis visto bien: mientras os preparo la invitación, imprimo unas cuantas etiquetas, contesto emails, llamo a la imprenta y doy la teta, y no me pongo a planchar, no me corto las uñas o preparo el puré a la vez por si os pensáis que me he quedado "p'allá"...! Pero no hay dolor. No hay nada más hermoso que la maternidad. Mi preciosa bebé es lo más, y nos lo hace saber las 24horas del día! Gracias a que papi tiene un par de tardes libres puedo trabajar las últimas horas y los fines de semana... pero AÚN Y ASÍ sigue sin darme la vida.
Total, que por H o por B hace mil que no hago fotos y me fastidia. Me encanta retratar a mis boniteces, a las que les pongo toda mi alma y mi cariño. Poco a poco os las iré presentando.
Hoy, unas preciosas invitaciones clásicas con un sobre forrado que es TOTAL: viajero, vintage y exótico a partes iguales. Lo miro y me transporto a la medina de Marruecos, a un desierto de Arizona o al mismísimo centro de la tierra con Mr. Verne... ¡Viajemos!
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